Dificultades y superación frente ala pandemia
Como enfrentar la diversidad
¿Cómo se contempla la vuelta a la escuela durante la pandemia de la COVID-19
La vida durante la pandemia de la COVID-19 es igualmente difícil para las madres, los padres y los niños. La vuelta a la escuela es una fase importante y positiva, pero seguramente ustedes y sus hijos se harán muchas preguntas al respecto. Les ofrecemos una información actualizada sobre lo que se espera que ocurra y cómo prestar apoyo a sus pequeños estudiantes.
Cumplo con la cuarentena y una rutina de levantarme, beber un jarro de café oscuro, mirar las plantas que hay en el patio, ir a la biblioteca para tomar un libro, leer algo (necesito saber algo nuevo todos los días), luego escuchar alguna canción y sentarme a la computadora para organizar lo que debo hacer.
Soy profesor universitario y doy cuenta de cuatro cursos, que dicto de manera virtual. Para ello me ayudo de un chat y de unos cuadernos donde dibujo diagramas para irlos acompañando de los textos que escribo para cada clase.
El primer cambio que tuvimos que hacer fue enfocar el curso en el estudiante y no en el profesor. El curso dejó de ser una lista de chequeo de temas, que yo incluía en programas y charlas presenciales, y se convirtió en paquetes de actividades orientadas en dejar mensajes perdurables en el estudiante.
Entendí que el conocimiento que tenemos los docentes, sobre ciertos temas, lo adquirimos a lo largo de la vida y no en un solo curso. La idea era transmitir las herramientas para poder aprender autónoma mente por el resto de la vida.
Encontré además valores agregados que la clase magistral no brindaba. Los tableros de discusión virtual, por ejemplo, son ambientes donde los estudiantes despliegan sus trabajos, ensayos o fotografías, simultáneamente.
El confinamiento a raíz del Covid-19 ha puesto a las familias en una situación excepcional, la de pasar las veinticuatro horas juntos, en casa. Una situación agobiante pero, también, una oportunidad de pasar un difícil examen familiar en el que no hace falta sacar un sobresaliente: con un aprobado, basta.
Dos semanas en casa, con los hijos. Ejerciendo de padres y madres las veinticuatro horas del día. Sin apenas poder salir y con la incertidumbre sobrevolando nuestras vidas. La perspectiva, no nos vamos a engañar, es dura. Para empezar, porque la situación obliga a cambiar, drástica mente, de ritmo. Y eso cuesta en una sociedad adicta a una hiperactividad a la que los pequeños no son ajenos. En los últimos años los niños han sido arrastrados a unas existencias frenéticas. A unas jornadas en las que escasean el juego libre y las horas sin pautar que han sido sustituidos por agendas de ministro, trufadas de horas de colegio, extra escolares, pantallas y constantes actividades.
El objetivo de este trabajo es explorar los sentimientos y expectativas que genera el COVID-19 en Argentina durante la primera etapa de la pandemia. Se aplicó una encuesta de la Organización Mundial de la Salud adaptada al contexto local. Se incluyeron preguntas abiertas para indagar sentimientos de las personas frente al COVID-19, y se realizó un análisis de contenido.
Cumplo con la cuarentena y una rutina de levantarme, beber un jarro de café oscuro, mirar las plantas que hay en el patio, ir a la biblioteca para tomar un libro, leer algo (necesito saber algo nuevo todos los días), luego escuchar alguna canción y sentarme a la computadora para organizar lo que debo hacer.
Soy profesor universitario y doy cuenta de cuatro cursos, que dicto de manera virtual. Para ello me ayudo de un chat y de unos cuadernos donde dibujo diagramas para irlos acompañando de los textos que escribo para cada clase.
El primer cambio que tuvimos que hacer fue enfocar el curso en el estudiante y no en el profesor. El curso dejó de ser una lista de chequeo de temas, que yo incluía en programas y charlas presenciales, y se convirtió en paquetes de actividades orientadas en dejar mensajes perdurables en el estudiante.
Entendí que el conocimiento que tenemos los docentes, sobre ciertos temas, lo adquirimos a lo largo de la vida y no en un solo curso. La idea era transmitir las herramientas para poder aprender autónoma mente por el resto de la vida.
Encontré además valores agregados que la clase magistral no brindaba. Los tableros de discusión virtual, por ejemplo, son ambientes donde los estudiantes despliegan sus trabajos, ensayos o fotografías, simultáneamente.
El confinamiento a raíz del Covid-19 ha puesto a las familias en una situación excepcional, la de pasar las veinticuatro horas juntos, en casa. Una situación agobiante pero, también, una oportunidad de pasar un difícil examen familiar en el que no hace falta sacar un sobresaliente: con un aprobado, basta.
Dos semanas en casa, con los hijos. Ejerciendo de padres y madres las veinticuatro horas del día. Sin apenas poder salir y con la incertidumbre sobrevolando nuestras vidas. La perspectiva, no nos vamos a engañar, es dura. Para empezar, porque la situación obliga a cambiar, drástica mente, de ritmo. Y eso cuesta en una sociedad adicta a una hiperactividad a la que los pequeños no son ajenos. En los últimos años los niños han sido arrastrados a unas existencias frenéticas. A unas jornadas en las que escasean el juego libre y las horas sin pautar que han sido sustituidos por agendas de ministro, trufadas de horas de colegio, extra escolares, pantallas y constantes actividades.
El objetivo de este trabajo es explorar los sentimientos y expectativas que genera el COVID-19 en Argentina durante la primera etapa de la pandemia. Se aplicó una encuesta de la Organización Mundial de la Salud adaptada al contexto local. Se incluyeron preguntas abiertas para indagar sentimientos de las personas frente al COVID-19, y se realizó un análisis de contenido.
La pandemia y sus efectos en la familia
Una pandemia sin cura llegó de manera inesperada y obligó a todos los países a tomar medidas fuertes como el aislamiento forzoso y el distanciamiento físico. Se acabaron las salidas fuera de casa y quedaron en el olvido los gestos y los abrazos.
Para todo el mundo, niños, jóvenes y adultos, ha sido una experiencia bastante compleja. Se ha hecho necesario apoyar a las familias en esta convivencia altamente intensa. Por lo general, el encierro tiende a ser difícil porque se dan entre elementos negativos como el miedo y la ansiedad. Algunas familias tienen mucha organización en sus hogares e implementan rutinas con horarios estables. Esto es de gran ayuda. Invito a todas las familias a tener un modelo de rutina acorde con sus necesidades para crear un sentido de normalidad y productividad.
Claramente, la seguridad de los empleados es lo primero en lo que las organizaciones deben centrarse ahora. Pero si usted es como la mayoría de los líderes, probablemente se encuentre con un dilema más profundo, uno que se extiende más allá de esta prioridad inmediata.
Para todo el mundo, niños, jóvenes y adultos, ha sido una experiencia bastante compleja. Se ha hecho necesario apoyar a las familias en esta convivencia altamente intensa. Por lo general, el encierro tiende a ser difícil porque se dan entre elementos negativos como el miedo y la ansiedad. Algunas familias tienen mucha organización en sus hogares e implementan rutinas con horarios estables. Esto es de gran ayuda. Invito a todas las familias a tener un modelo de rutina acorde con sus necesidades para crear un sentido de normalidad y productividad.
¿como liderar durante una pandemia?
Nos encontramos en terreno desconocido. Las perturbaciones causadas por el Covid-19 nos obligan a todos a ajustarnos a diferentes formas de vivir y trabajar. Se presenta desorden en los almacenes, estantes vacíos, restaurantes quebrados, restricciones de viajes, tele-trabajo obligatorio, mercados inestables y aumento en el número de casos de personas infectadas. Esta es la nueva realidad para el futuro cercano. Dentro de la mayoría de organizaciones se podría esperar que muchos empleados estén preocupados ante esta situación.Claramente, la seguridad de los empleados es lo primero en lo que las organizaciones deben centrarse ahora. Pero si usted es como la mayoría de los líderes, probablemente se encuentre con un dilema más profundo, uno que se extiende más allá de esta prioridad inmediata.
los problemas económicos
Definitivamente mucho mayor porque se nos avecina una recesión profunda que seguramente tendrá un costo de dos dígitos en los próximos dos trimestres de la economía. Y, para América Latina, esto es muy grave.
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